“Soledad no es estar
sólo.
Soledad es quererte yo a
ti
y que tú quieras a otro”.
Ayer la luna llena se escondió de
Mayte para alumbrarme el camino. Ayer, la voz de Mayte brilló más
que la luna que de ella se escondía para acompañarme. Me acompañó
y me acompaña. Y el camino se hizo corto y luminoso y mientras ella
se desnudaba yo me desnudaba hasta dejar -entre lágrimas- el alma
sin capas. Premeditadamente esperaba robarle un bolero a Mayte. Y en
medio de su templo jondo de plata... mi capricho de norteña
ignorante decidió aplacar su ansia y aprender a venerar ese canto
del sur que Mayte cantaba.
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