martes, 16 de marzo de 2010

Entre las dos y las tres...o entre las cuatro y las seis

Quiero que el sueño me bese para soñar esta noche contigo. Mañana serás tu quien me bese. Tal vez soñemos juntos. Medio dormido me despertarás a las dos, o a las tres. Me gusta que me asaltes con tus ronroneos y con la repiración entrecortada cuando el mundo hiberna y todo está oscuro. Con los ojos cerrados siento tu luz ámbar durante los minutos más sabrosos del día. Luz roja, media vuelta y desvelo.Tu respiración se apaga, la mía se enciende. Ahora soy yo quien ronronea. Me sonrío, te maldigo y te amo más. Abrazo a la almohada y con todo un despliegue de efectiva estrategia intento ganar terreno. Trepo sigilosa por colinas de tejidos sintéticos hasta asegurarme de que tu piel asfixia a la mía. Vuelvo a respirar sin arritmias. Entrelazamos las piernas. Mis pies rozan con dolo tus tobillos de impúber (¡qué gran invento los calcetines!). Y aún queda un paso más... vencer la batalla al harapiento algodón tintado que tan pocas veces me ha dejado ganar la guerra. Ahora sí. Dispuesta a cargar baterías entre capas cuadriculadas y edredón. Quedan pocas horas para la glaciación que impondrá el repicar de las tediosas campanas.

 Mensaje encriptado: Espero como agua de mayo (más bien "marzo") a que llegue el próximo viaje para poner el termostato a 28 grados. ZZZZzzzzZZZZzzzzZZZZzzzzZZZZzzzz..........

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