martes, 26 de enero de 2010

Dime lo que no quiero oír

-¿Has oído alguna vez eso que siempre has deseado oír?-
-No-
-¿Y qué es?-
-¿Qué sentido tiene que te lo diga?-
-Es pura curiosidad-
-Permite que eso quede para mi... aunque parezca estúpido temo que diciéndolo en alto jamás llegue a oírlo-
-Venga... por favor...-
-No insistas. Además es patético-
-¿Por qué dices eso?-
-Créeme, lo es-
-Pues como no te expliques...-
-¿Acaso no crees que resulta bochornoso querer que te digan palabras dedicadas ya a otras personas?-
-¿Te refieres a "te quiero"?-
-En absoluto. Todos hemos oído demasiados "te quiero" utilizados a la ligera. Preferiría haber escuchado uno sincero. A partir del primer "te quiero" todos suenan igual.-
-Ahora que lo dices... no me parece ni patético ni bochornoso querer ser la destinataria de palabras ya dichas pero dedicadas a otras. Me parece triste, profundamente triste-
-Así no ayudas. Patético, bochornoso y encima... triste. Añadiré tu aportación a la lista-
-¡Qué susceptible!-
-No imaginas cuánto-
-En el fondo, querido amigo, supongo que todos, en algún momento hemos deseado ser personas distintas aunque eso implicase exclusivamente querer correr su misma suerte-
-Sobre todo cuando los afortunados resultan ser unos ingratos-
-No seas injusto. A veces, y eso sí es doloroso, alguien es afortunado sin saberlo y por ello nos parece ingrato desde la barrera-
-¿Crees que las destinatarias de las palabras que jamás nadie te dedicará eran ingratas?-
-No. Creo que ni eran ni son nada-
-Entonces...-
-Entiéndeme. Yo tampoco soy, he sido ni seré nada... la diferencia es que a esas personas, un día, alguien intentó inventarlas, las miró queriendo ver algo que tal vez ni existiese y en ese intento creativo... y en cierto modo algo inconsciente ...se enamoró de ese reflejo artificioso...y puede que ni fuese capaz de discernir entre realidad o ficción...o puede que simplemente tuviese la voluntad certera de no hacerlo. Nunca nadie me ha mirado así. He sido yo quien siempre ha tenido que inventar, quien siempre ha sentido cómo torrentes de palabras recorrían los labios que apretaba para no errar, quien siempre ha jugado a ser muchas por cuestión de probabilidad...y...y...y no ha funcionado, querido amigo. Si en lugar de pretender ser tantas me hubiese esforzado más en ser "una"  tendría ese algo incorrupto y originario que evitaría que un día como hoy, tú y yo, estuviesemos ahora mismo hablando de esto-

No hay comentarios:

Publicar un comentario