Anoche resultaba imposible conciliar el sueño. Supe que permanecería en vela desde, aproximadamente, las 00.15hrs. Programé el temporizador de autoapagado del televisor (dos horas), bajé el volúmen lo suficiente -vol. 8- como para que el sonido no me molestase pero permitiendo, a la vez, que mi oído pudiese percibir un levísimo "brum-brum" que me hiciese creer que no estaba sóla. Lo estaba.
En TeleCinco estaban emitiendo un programa del que hacía tiempo, no sabía nada, "El Juego de Tu Vida". Siempre he pensado que era el espacio más sórdido, casposo y atroz de la televisión mundial... aunque, bien es cierto, despierta ese afán "morbosillo" del que, en mayor o menor medida, todos somos poseedores... y por qué no reconocer que me alegré de nuestro feliz reencuentro.
¿En qué consiste? En vomitar miserias provenientes de miserables -eso sí- a cambio de dinero -el toque mercenario añade un toque de cutrez inapreciable-. Si tienes la fortuna de no tener ni el más mínimo resquicio de pudor, puedes terminar llevándote hasta 100.000 euros. 100.000 euros que serán exclusivamente para tí - y para hacienda- porque tras tu paso por semejante show, perderás a tu pareja, a tus amigos e incluso arriesgarás la sanidad de tus vínculos familiares.
Un título alternativo para el progrma bien podría ser : "Como poner fin a tu vida en 20 preguntas". Ayer, un individuo volvió a casa con las manos vacías tras haber confesado que pocos días antes de contraer matrimonio con su ex mujer, había mantenido relaciones sexuales con la prima de ésta que, casualmente, resultaba ser su actual mujer, a la que ahora engañaba con su ex y , entretantro, a ambas joyitas les había puesto los cuernazos en lupanares de carretera con "cualquieras" más "cualquieras" que ellas. La cosa empeoró cuando el especímen que vendió su alma al diablo a cambio de nada, comenzó a airear las fantasías sexuales que tenía con otras féminas de la familia, también de lo mucho que se divertía con su juego a múltiples bandas, y de cómo le gustaría poder vivir con las coprotagonistas de la historia: "Me quedaría con mi ex para la cama y con mi mujer actual para lo demás" -¡Olé sus huevos, qué hombre, qué macho, qué torero!...y qué imbécil.
Probablemente, muchas de las vidas que colindan e incluso conviven con las nuestras no sean ejemplares, tal vez estemos siendo traicionados por los seres a quienes más amamos y tal vez les amemos porque no les conozcamos...pero desde luego, la pérdida del sentido del decoro, de lo íntimo, de lo privado... supone el fin de algo que me resulta imposible describir, "supongo que supone" el fin de todo.
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