Al principio desconfió y entre desconfianza y desconfianza se dejó vencer. Con la punta del pie desnuda sintió el agua parda, tibia...tan en calma... Era el paisaje más bonito y aterrador que jamás había visto.Temía coger el pincel para no estropear el color de la paleta. Eran otoños de siena tostada, ocre y gamboge...y el agua estaba tibia y ...tan en calma...
El aire asfixiaba con su sueño dulce. La ropa no se adhirió para dejar respirar a la piel... y la desnudez respiraba con el algua tibia y el agua tibia con la desnudez. Tibia pero parda. Agua pero desnuda.
Cogió el pincel y el paisaje aterrador dejó der ser bonito. En la paleta, el otoño dio paso al invierno y el siena tostada al tierra sombra...Corrió a la orilla a buscar la ropa y fuera del agua tibia, el aire afixiaba amargo. El cuadro había cambiado. Nunca debió coger el pincel.
El alma se quedó con el agua tibia y la ropa con la piel. Mientras, la calma vestida de pardo aguardaba a otro principio que trajese una nueva desconfianza que se dejase vencer.
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