viernes, 4 de diciembre de 2009

Interrogatorio

-¿De qué color tengo los ojos?-
- De un marrón precioso-
-¿Marrón precioso? Son pardos, qué poco te fijas en mi. Tú sí que los tienes marrones, marrones entremezclados con negro azabache-
-No son pardos, son más bien oliva... tienes razón. Depende de la luz que les de o de si tu tez está vestida de palidez invernal o de dorado estival. Por cierto, me gusta que en verano te salgan pecas y se te aclare el pelo.
- ¿Sabes cuántos lunares tengo?-
-No-
-¿Ves? no me prestas ni la más mínima atención-
-¡Pero qué dices! Si me vuelve loquito ese lunar gordito que tienes en el pecho izquierdo, tiene forma de corazón, y también me encantan esos simétricos que tienes en el centro de cada muslo-
-Intenta acallar tu conciencia. Tú tienes 74. Y me parece que te está saliendo otro justo donde la espalda pierde su nombre. ¿Ves la diferencia, no?-
- No es cuestión de atención, ni de diferencias-
-¿Sabes cuándo cuento tus lunares? Cuando bendigo cada centímetro de tu piel con mis besos-
- Cuando estás desnuda no puedo hacer nada cerebral, cariño. Sólo recorro y recorro sitemas montañosos y cavernas climatizadas en las que me pierdo y ... mientras tú bendices, yo siembro-
-(Ella sonríe de forma contenida y mira hacia la ventana) Sí, no necesitas mapa, tienes una excelente orientación, o simplemente ya conoces todos los caminos. ¿No te cansarás de recorrer siempre el mismo itinerario? Desde que te conozco no puedo imaginar que existan rutas más fascinantes que las que me ofertas y eso, me da escalofríos -
-Nunca-
-¿Nunca? ¿Sólo nunca? No suena muy convincente-
-Ven, mírame... schhhh.... (comienza a recitar susurrándole al oído):
"De pie como un cerezo sin cáscara ni flores..."
-(Ella interrumpe a su amado poniendole el dedo índice sobre los labios)-Calla-
-"... especial, encendido, con venas y saliva,
y dedos y testículos,
miro una niña de papel y luna,
horizontal, temblando y respirando y blanca
y sus pezones como dos cifras separadas
y la rosal reunión de sus piernas en donde
su sexo de pestañas nocturnas parpadea...."-
- (con la repiración entrecortada le pide que no pare)-
- No sabes lo que quieres, ¿o tal vez si? Sí se lo que quieres, me deseas a mi  casi tanto como yo a ti. ¡Schhhhhh! (prosigue recitando):
 "...La pondré como una espada o un espejo,

y abriré hasta la muerte sus piernas temerosas,
y morderé sus orejas y sus venas,
y haré que retroceda con los ojos cerrados
en un espeso río de..."-
-(En tono de rendición). No importa que no sepas cuál es el color de mis ojos, ni cuantos lunares adornan mi cuerpo... pero.... por favor, no dejes de caminar-

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